Organiza una ceremonia y una fiesta bacán con Bodas y Casorios

El plano de la capital se mantiene prácticamente intacto desde su fundación el 12 -más bien el 24- de febrero de 1541. Según los antiguos cronistas, este comprendía diez calles de oriente a poniente y ocho más, de norte a sur: Desde el cerro Santa Lucía hasta la actual calle Teatinos; y del río Mapocho a la hoy avenida Bernardo O´Higgins.

Donde hoy está la Plaza de Armas existía un centro administrativo, que habría albergado la casa del gobernador Quilicanta, que primero recibió la expedición de Diego de Almagro en 1536 y luego la de Pedro de Valdivia, quien llegó al valle el 13 de diciembre de 1540.

Santiago 1541: ciudad naciente

Después de levantar campamento en el cerro Thopahue (hoy San Cristóbal) se realizó el que fue el primer parlamento con los líderes indígenas, a quienes Valdivia les anuncia la toma de posesión de estas tierras en nombre del Rey de España.

El acto de la ceremonia es simple. Se clava una cruz en la que es hoy la Plaza de Armas, a partir de la cual se traza con cordel, un cuadriculado como tablero de ajedrez, con 80 a 90 manzanas de 138 varas castellanas de longitud cada una, separadas en calles de 12 varas.

El diseño de este primer Santiago, que siguió el régimen urbanístico del resto de las ciudades del imperio español en América, tiene sus antecedentes teóricos en la obra del fraile catalán Francesc Eiximenis (1327-1409), quien tras la peste negra que azotó Europa planteó un ideal de ciudad con una gran plaza central, y dividida en cuatro barrios o distritos, cada uno con una plaza menor y un convento mendicante. En Santiago estos cuatro barrios se levantarían en torno a las Iglesias y Congregaciones de los Franciscanos, Agustinos, Mercedarios y Dominicos.

Diseño de ciudad ideal

Las calles de este primer Santiago, son más anchas y rectas. A lo que se suman conventos con el rol de conventillos que dan techo y comida al que no tiene”, nos explica el escritor e investigador Miguel Laborde.

De esta manera, los conquistadores españoles traen a América un concepto de ciudad moderna, “se sentían portadores de una innovación, ya no eran los castillos medievales de los señores si no un mundo más amplio donde caben los burgueses en las ciudades, con mejor calidad de vida que las ciudades europeas”.

Pasado y presente de Santiago

Imagen en blanco y negro del plano de Santiago en la época de la colonia, entorno a la Plaza de Armas
Plano fundacional de Santiago

En Santiago, este trazado de damero se adaptó al territorio, con una curva que reconoce tanto el borde del Mapocho como el cerro Santa Lucía, que en ese entonces tenía dos pequeños montes que llegaban hasta el río.

En esta naciente ciudad no existían puentes, por lo que Santiago quedaba dividido de la Chimba en los meses en que el caudal del Mapocho llegaba a sus 300 metros de ancho. Al otro lado del río, «la traza de calles fue más irregular y desordenada, allá vivían los indígenas, los mestizos y los españoles más pobres. Era común la pelea entre jóvenes santiaguinos y los chimberos”, agrega Laborde. Recién con la construcción de los Tajamares al final de la Colonia se vendría a unir ambos territorios.

Dos grandes transformaciones del trazado original

«La orilla del Mapocho llegaba hasta casi calle San Pablo. Cuando se construyó el Tajamar, el paseo costanero iba por el actual sector de Ismael Valdés Vergara y Mapocho (Balmaceda). El primer arco u «ojo» del Puente de Cal y Canto quedó seco, sin paso de agua, y nació una calle con casas modestas que se llamó Calle del Ojo Seco, después rebautizada Sama y, actualmente, General Mackenna», complementa Criss Salazar.

De esta manera, la dinamita que abrió camino para extender la ciudad al oriente y la canalización del río Mapocho fueron las dos grandes transformaciones del trazado original del casco histórico. El resto del cuadriculado de calles se mantiene prácticamente intacto al día de hoy, tal como se puede observar al superponer el plano de esquemático recreado por el historiador Tomás Thayer Ojeda en el año 1908, con el primer trazado que Valdivia delineó con el soldado alarife Pedro de Gamboa.

Imagen a color del plano actual de Santiago, entorno a la Plaza de Armas
Plano actual de Santiago entorno a Plaza de Armas

Plaza de Armas, el corazón de Santiago

La plaza mayor, llamada Plaza de Armas porque allí acamparían los soldados, se estableció como el kilómetro cero de la nueva ciudad. El lugar también tiene un significado espiritual. «De acuerdo a la sabiduría del fraile Eiximenis, ese vacío de la Plaza de Armas, es una parte del cielo que baja hasta tocar el suelo, la ciudad se construye en torno a ese pedazo de cielo, y todos alrededor, en los cuatro puntos cardinales, estamos en contacto con ese trozo de cielo” nos dice Laborde sobre la idea de acercar la ciudad celestial a la terrenal.

Sin embargo, la vida en este lugar multiuso mantiene algunas tradiciones medievales, como la horca que es utilizada por primera vez el 10 agosto de 1541 para ajusticiar a seis españoles acusados de conspirar contra Valdivia. También se ubica aquí un mercado callejero que existió hasta el siglo XVIII y donde los primeros santiaguinos iban de compras al final del día.

Manzanas alrededor de la Plaza de Armas

Las manzanas alrededor de la Plaza de Armas fueron divididas en cuatro solares, los que fueron repartidos entre instituciones y conquistadores. El poder religioso ocupó el costado poniente, considerado el más importante porque mira hacia el sol naciente. Aquí está hoy la Catedral Metropolitana. Mientras que en el lado norte, se ubicó el poder civil: Valdivia tomó un solar (la Casa del Gobernador) y a su lado se instaló el Cabildo y la Cárcel.

“Una característica del primer trazado de la ciudad es que ocupó edificios o espacios administrativos cerrando tres de los cuatro costados de la Plaza Mayor. Los mismos que, según los trabajos de Stehberg o López eran parte del asentamiento incásico original. Otra característica es que, en sus inicios, esta plaza no estaba cerrada por el costado sur, cosa que sucedió después con solares particulares y, años después, con el Portal de Sierra Bella”, precisa Criss Salazar.

 

Las primeras calles de nuestra capital

No existen oficialmente los nombres de las calles, pero se le da popularmente un nombre haciendo referencia a los personajes que viven ahí o a los ciudadanos más importantes.

Al comparar el plano de Thayer Ojeda y el mapa actual del centro capitalino nos encontramos con estas diferencias en sus calles:

  • Santiago de Asoca / Hoy calle Santo Domingo
  • Bartolomé Flores / Hoy calle Catedral
  • Paco Gómez / Hoy calle Monjitas
  • Compañía de La Merced / Hoy calle Compañía y Merced (separadas por la Plaza de Armas)
  • Juan de Peña y Gaspar de la Barrera / Hoy calle Huérfanos
  • Padre Martín / Hoy calle Agustinas
  • Francisco de Riberas / Hoy calle Moneda
  • Cañada de San Francisco / Hoy avenida Alameda Bernardo O´Higgins
  • Santo Domingo / Hoy calle Ahumada
  • Alguacil Mayor / Hoy calle Estado
  • Rodrigo de Quiroga / Hoy calle San Antonio

En cuanto a las primeras casas, estas no fueron más que chozas provisorias de madera, barro y paja, que aprovecharon las acequias incas para el transporte de agua para aseo y cultivo.

Estas serían reemplazadas meses más tarde por construcciones en adobe tras la destrucción de la ciudad el 11 de septiembre de 1541, a manos de las huestes del toqui Michimalonco que atacaron la ciudad para hacer que los españoles se retiraran del territorio. Sin embargo, no lo lograron y la vida cotidiana continuó en torno a la Plaza de Armas y puertas adentro, con los hombres peleando en el sur, y las mujeres y religiosos como grandes articuladores sociales.

Santiago se transformó en una ciudad de vanguardia ya en esos siglos ¿qué podría mejorar en su futuro?, donde van a ser muy poderosas las mujeres y los curas. La mujer chilena tiene una presencia y relevancia que es mayor que cualquier otro país latinoamericano, sin embargo esto no ha sido reconocido ni en calles ni monumentos».

Este poder de mujeres y religiosos explica también la alta proporción de iglesias en la ciudad que hizo llamar Santiago, la Roma de las Indias y que anidó una sociedad con una fuerte presión moral. El gran testigo de la época de ese primer Santiago es la Iglesia San Francisco.

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