Este es un tipo de casorio semiformal-innovador.  Con un estilo donde formalidades y protocolos tradicionales seden ante la autenticidad y la originalidad que dan la identidad al casorio. Por lo mismo, para este tipo de novios la ceremonia del matrimonio, debe ser un reflejo fiel de sus sentimientos, valores y gustos.

La organización está en manos de la pareja, la que vive el período de preparación como una aventura y un desafío que pone a prueba el trabajo en equipo y la complementación entre ambos.

Los asistentes no son invitados por “compromiso”, por lo que suelen ser matrimonios íntimos, con  la presencia de la familia cercana y los amigos de la vida.

La fiesta se convierte en un carnaval

La celebración se caracteriza por ser una experiencia de amor y amistad, de  instantes de compañía y compadrazgo.

Los novios no quieren complicarse mucho con un protocolo rígido. Así es como, la fiesta se convierte en un carnaval de alegría y colores.

Llena de adornos festivos y objetos de broma como lentes, variada selección de máscaras, gorros y sombreros. Verás inigualables pelucas, algunas sencillas, otras muy sofisticadas, de todas las épocas y todo tipo de fantasías.

Guirnaldas y banderillas… Maracas, matracas, panderos, cornetas, pitos y más! animarán la fiesta y harán que todos bailen.

Los Novios lucirán máscaras o sombreros especialmente diseñados para ellos y que los harán únicos en su celebración…

Suele acostumbrarse también a organizar el “trencito”, donde acompañados de una fila de personas bailarán al ritmo de la música. Muchas veces también se realizan espectáculos de zanqueros, malabaristas, o algo original, ameno y novedoso.

Estos Casorios suelen realizarse en sus residencias personales o en las afueras de la ciudad. En la recepción puede recurrirse a un buffet tanto para la comida y los postres.